Hogar COR, Casa Horacio

El ayudar a otros es una lección que se debe aprender por experiencia. Al estar en contacto con gente que sufre de falta de cariño o de recursos básicos, la lección se aprende cada vez mejor, y la experiencia crece y crece, hasta que el ayudar se convierte en algo habitual y que no toma mucho esfuerzo. Eso es lo que bajo mi criterio debe lograrse para tener un futuro mejor, sin desentendimientos, ni guerras, ni falta de tolerancia hacia gente distinta. Cada día que visitamos hogares, fundaciones, jardines, etc., estamos creciendo por dentro y dándole a alguien un momento de felicidad y de recuerdos especiales que valorará por el resto de su vida.
Yo visité como lugar de servicio a la Fundación COR (de Corazón) o Casa Horacio, un espacio creado anteriormente para chicos de bajos recursos con padres que sufren de SIDA. Hoy en día es utilizado para cuidar de niños con menores recursos, probablemente hijos de los primeros visitantes del hogar.
Fue una experiencia inolvidable, los niños se veían muy contentos y eso me hace felíz ya que eso es para lo que vamos, y estamos logrando un desarrollo interno para estos niños. Les leemos cuentos, y les hicimos una obra de teatro con títeres y muñecos en donde podían participar actuando o ayudando a los personajes a lograr diferentes objetivos.

Delfina Duggan Dowd

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